La moda rápida y el problema de la sostenibilidad
¿Es realmente la ropa que compramos tan sostenible como creemos o nos engañan para creer que es así? ¿Cómo puede contaminar la ropa una vez desechada? ¿Qué es en realidad el fast fashion?
El fast fashion o moda rápida se puede definir, según Greenpeace, como «la producción de grandes volúmenes de ropa por la industria de la moda, en función de las tendencias y creando una falsa sensación de necesidad, lo que contribuye a fomentar en los consumidores una sustitución acelerada de su inventario personal». La velocidad de estas producciones puede llegar al nivel de que las marcas lancen 52 colecciones en un año o incluso una a la semana. Esta problemática lleva no solo al hiperconsumismo, sino a consecuencias medioambientales catastróficas.
No es ningún secreto que el grupo empresarial Inditex está a la cabeza en la producción de fast fashion. Entre sus marcas de ropa más conocidas se hallan Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius y Oysho. Cada una de ellas pretende dar un punto de vista diferente de la moda dirigiéndose a un público específico, siendo en ocasiones repetitivo e innecesario. Inditex ha aumentado sus ventas de moda rápida en más de 6 mil millones en los últimos cinco años, superando a todas las demás textiles multinacionales. Sin embargo, muchos se sorprenderían al descubrir que Inditex no es el grupo más problemático en lo que a derechos de sus trabajadores se refiere, tal y como recogía El Mundo en un artículo ya publicado en 2017.
Gráfica publicada en el periódico ABC
Shein es la marca de origen chino que más contaminación genera en el mundo dentro de la industria de la moda, produciendo algo más de 500 artículos diarios. Estas altas producciones le permiten seguir las tendencias más actuales del momento y aumentar sus beneficios. Esta marca no solo genera altos porcentajes de contaminación, sino que además vulnera algunos derechos laborales de sus trabajadores, especialmente, por los bajos salarios de estos.
Con el objetivo de solucionar algunos de estos problemas que provoca el gigante de la industria de la moda, desde hace años, algunas marcas intentan proponer soluciones que palíen el impacto medioambiental de su sistema de producción. La firma H&M, por ejemplo, recoge desde hace tiempo ropa usada para reciclarla o donarla. Por desgracia, la mayoría de las telas que se utilizan hoy en día son muy difíciles de reciclar, por lo que esta medida no ha terminado funcionando.
Entonces, ¿a dónde va esta ropa que no puede reciclarse? En el documental ¿Mienten los fabricantes de moda a sus clientes? muestran cómo muchas prendas terminan en zonas pobres de países de Europa del este para calentar los hogares. Quemar ropa con telas de tan bajo coste, no solo contamina, sino que expulsa sustancias cancerígenas y perjudiciales para los pulmones.
Llegados a este punto, ¿qué podemos hacer nosotros para reducir el impacto negativo de la industria en el planeta? Los consejos más comunes para disminuir nuestro consumo de fast fashion pasan por alquilar prendas que solo vayas a utilizar una vez en lugar de comprarlas, donar la ropa en buen estado que ya no utilices, comprar ropa de segunda mano, realizar una pequeña inversión en prendas más duraderas y sostenibles, intercambiar ropa...
Foto de la tienda Valencia Secreta.
Del mismo modo, se puede reducir el impacto que tiene nuestra ropa vigilando su lavado, gastando menos agua y no lavándola a cada uso si no es necesario. También puede ser interesante darle una segunda vida a tu ropa de otra manera, usando la creatividad, por ejemplo, cortando tus vaqueros nuevos para convertirlos en unos shorts, "destrozar” ropa vieja para disfraces de Halloween, transformar una camiseta demasiado grande en un crop top o un conjunto de dos piezas... Las posibilidades son infinitas. Además, para encontrar un estilo personal propio y diferente de la forma más económica y sostenible, la mejor opción es la ropa de segunda mano. En València, encontramos tiendas como “Ropa De Ocasión”, “Flamingos Vintage Kilo” o “Aieclé vintage”. Para vender tu propia ropa desde casa existen aplicaciones como Vinted.
Aunque individualmente podemos contribuir, la responsabilidad primordial recae en las grandes empresas, quienes poseen el poder de generar cambios significativos a nivel global. Como consumidores, es crucial que ejerzamos nuestra libertad de expresión y reivindiquemos cambios, manifestando preferencias a través de decisiones de compra para presionar a estas entidades hacia prácticas más sostenibles y éticas.
Ana Broseta (4º ESO)
Muy buen artículo, muy interesante!!!
ResponEliminaEstá genial. Tiene toda la razón!!!
ResponEliminaEspectacular artículo sobre un gesto diario como es el de comprar ropa. Me encanta, Ana.
ResponEliminaMuy interesante Ana! Qué gusto da leerte!
ResponEliminaUn tema sobre el que merece la pena reflexionar. Me encanta la aportación al debate que supone. Lo he leído con gran interés y espero leer más cosas escritas por tu hábil pluma, Ana.
ResponEliminaMuy interesante! Ojalá mas gente como Ana que reflexione de esta manera tan madura. Muy buen artículo, podría publicarse en cualquier periódico grande.
ResponEliminaMe ha encantado. Hay muchos datos de los que no tenía conocimiento y la forma en que explica y razona este artículo hace concientizar de una forma maravillosa. Te impulso a que sigas escribiendo e informando!
ResponEliminaMe voy a probar el Vinted ese ahora mismo!
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