¿Apreciación o apropiación?

En la actualidad, la aproximación que como sociedad realizamos al concepto de “apropiación cultural” es bastante superficial: una gran parte de la población sabe lo que significa, pero es muy pequeño el porcentaje de personas que realmente está informado sobre el tema, y menor todavía la cantidad de gente que identifica y denuncia los casos que observa en su entorno más cercano (los cuales suelen ser más de los que se podrían percibir a simple vista). 

El problema se origina cuando una persona, ajena a toda una cultura o etnia, toma un elemento de la misma desde el desconocimiento y el privilegio, ignorando que ese mismo rasgo ha podido ser motivo de discriminación u opresión para su pueblo. Eso es la apropiación cultural. Una definición lamentablemente extendida es la que ofrece la fuente de información más consultada en la actualidad, Wikipedia: “la adopción o uso de elementos culturales por parte de miembros de otra cultura”. Sin embargo, la definición aportada por la web CNN Español parece más acertada en este sentido: “el acto de tomar o usar cosas de una cultura que no es la tuya, especialmente sin demostrar que entiendes o respetas esta cultura". El primer caso es conflictivo porque es posible adoptar usos o elementos pertenecientes a otras culturas de forma consciente y sin faltar el respeto, y eso es lo que diferencia la apropiación cultural de la apreciación cultural

La apropiación supone interesarse por un elemento cultural únicamente por el beneficio personal que puede reportarnos; consiste en banalizar elementos importantes para un pueblo o etnia, formando parte de un grupo dominante y opresor, sin ser consciente (ni intentar serlo) de su importancia y/o significado; es robarle su valor histórico, intelectual y, en definitiva, cultural.

Esta es una realidad muy habitual en la industria de la moda. Muchas empresas obtienen provecho económico de elementos culturales ajenos a ellas de la forma más vil y descarada. Por ejemplo, uno de los rasgos más explotados a todos los niveles son los diseños y patrones indígenas de Sudamérica. El caso más reciente y sonado es el de la famosa casa de moda Carolina Herrera, la cual utilizó diseños propios de pueblos indígenas mexicanos en su Colección Crucero de 2020. Desde la Secretaría de Cultura de México, se exigió una disculpa pública a la marca, la cual alegó que no se trataba de un caso de apropiación cultural, sino más bien todo lo contrario: “un homenaje a la riqueza cultural mexicana”. No obstante, Carolina Herrar no recibió el consentimiento del pueblo creador de estos patrones, pero sí se lucró de ellos. 


 
Fotografía de Enrique Ortega Burgos.


Otro caso comúnmente pasado por alto es el relativo a la práctica del yoga, el budismo o la meditación de tradición oriental desde la particular mirada occidental. Es necesario clarificar que la práctica del yoga no es en sí misma problemática o apropiativa, se convierte en ello cuando se entiende como una actividad exclusivamente física, obviando su raíz espiritual y, por tanto, su origen. Borrar la historia milenaria del yoga y su consecuente significado cultural, para convertirlo en una actividad lucrativa dirigida a un sector social privilegiado es convertirlo en una mercancía, blanquearlo y apropiarse de él. 


Pero ¿dónde se dibuja la línea entre mera apreciación y apropiación? La respuesta, como en tantos otros asuntos socioculturales, no es blanco o negro, es bastante más complejo de lo que en un principio pueda parecer. Por ello, probablemente el mejor antídoto sea la información. Leer acerca del elemento que quieres incorporar en tu vida o escuchar a las personas pertenecientes a la cultura que lo creó son solo los primeros pasos para tomar conciencia de este asunto tan importante. Lo que marca la diferencia es la reflexión que hacemos sobre su uso: ¿Estás teniendo en cuenta su significado y herencia cultural? ¿Estás informadx al respecto? ¿Le faltas el respeto a la comunidad de la cual es originario ese elemento con el uso que le estás dando?

Y si después de todo ello, todavía no lo tienes claro, lo mejor es conocer gente de un contexto cultural diferente al tuyo que pueda ofrecerte una visión del mundo distinta a la que ya posees. De cualquier forma, tal y como sucede con el machismo, si te preocupa estar apropiándote de un elemento cultural, es bastante probable que lo estés haciendo, pero darse cuenta de ello ya es una señal de que estás en el camino correcto.

Aiden Vilaseca (1º Bachillerato)

Comentaris

  1. Gran tema! La gente no es consciente de las diferencias. ¡Se debería de hablar más!

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