¿Hogar,dulce hogar?

Lección de cuarentena

Por Claudia Pulido

Qué decir que todos no hayamos vivido y sentido esta cuarentena. Se dice que hay que vivir la vida, que todas las experiencias son buenas y te enseñan cosas, este confinamiento sólo ha sido otra vivencia para dar valor a nuestro día a día. Puede haber traído cosas devastadoras a muchas familias, pero ha creado algo más grande y más fuerte: la unión. 

Por cómo lo he vivido en mi casa me ha servido ,primero, para querer salir de aquí pitando, ¿Quién no ha acabado harto de su familia? Si por muchos fuera habría habido más de un asesinato de hermanos durante este periodo. Y es que más que nunca hemos tenido que convivir con la familia, las 24h del día, si bien normalmente pasábamos mucho tiempo en las clases o con los amigos por ahí, ahora todo ese tiempo lo hemos compartido entre cuatro paredes con las personas que se supone que más queremos en el mundo, pero eso de que el roce hace el cariño a veces se pone en duda.

También me he dado cuenta que a veces no conocemos a la gente más cercana a nosotros, pues compartir sangre y hogar a veces no lo es todo para ser una familia. Gracias al confinamiento comprendes a aquellas personas que son los pilares de tu vida, comienzas a percatarte de pequeñas cosas que antes pasaban desapercibidas ante tus ojos, como las emociones en ese momento en el que te gritas con tus padres, empieza haber más comunicación porque no puedes escapar. Es así como la comunicación dentro de las casas ha resurgido en muchos hogares, aunque desde luego ha habido más roce que nunca. 

Ahora que todo se calma y vuelve a la normalidad, poco a poco, es importante no olvidarse de lo que hemos vivido con nuestros familiares en estos tiempos y recordar que siempre se tiene un ratito para ser una familia unida.